Crecer en un país pequeño.


Desde niños tenemos el sueño de crecer. Constantemente usamos frases como: ¡Cuando sea grande! O nos regañan diciéndonos cosas como eso no lo puedes hacer porque estas pequeño.
 
Generalmente lo pequeño lo relacionamos con algo negativo. Algo que dejó de crecer. Eso no es tan positivo cuando naces en El Salvador, el país más pequeño de la región.

Un mismo ejemplo de que el ser pequeño algunas veces nos vuelve invisibles es el mismo apodo que tenemos “El Pulgarcito de América” Ya la historia se lo ha atribuido a la escritora chilena Gabriela Mistral, cuando según investigadores quien lo otorgó fue un escritor Salvadoreño Julio Enrique Ávila. 

¿Ahora se puede crecer en éstos países, se puede llegar a ser grande? ¿Quien dice que pequeño es sinónimo de que no creció?

En El Salvador se nos enseña que nuestro país por ser tan pequeño y con tan mala trayectoria social e histórica se cuentan con muy pocas oportunidades, y el problema es que como todo si te lo dicen te lo crees.

Yo me lo creí desde niña. La parte de mi familia más estudiada y con más posibilidades económicas, después de la guerra decidió irse del país como lo hicieron otro millón de salvadoreños que viven fuera, pero mi papá no quiso irse, su argumento es que tenía a su abuelita ya anciana y no quería dejarla morir sola en El Salvador. Díganme desalmada, pero a pesar que yo tenía muy corta edad cuando esos acontecimientos se dieron a mí me pareció un verdadero error y desde entonces mi meta era aprovechar al máximo todas las oportunidades para poder salir del país y nunca regresar.

En esa búsqueda de oportunidades, me di cuenta que lo que se decía que en un país pequeño y post- guerra no había opciones de crecimiento y aprendizaje era mentira. Los que me conocen mejor saben que soy bastante hiperactiva y un poco o mejor dicho demasiado platicona entonces mis papas que no encontraban que hacer conmigo me metieron a un grupo de niñas scouts (Muchachas Guias) en el que me desarrollaron a corta edad habilidades de liderazgo que me fueron abriendo puertas en otras organizaciones y proyectos a nivel nacional. 

De repente la niña que quería salir corriendo de El Salvador, se encontraba en foros internacionales dando discursos sobre la niñez centroamericana y la guerra, sobre liderazgo, superación, etc.  No entendía como había llegado hasta ahí, pero seguía quejándome de El Salvador de que no había oportunidades de crecer y de salir al mundo, de exponer mis ideas, cuando estaba exponiendo mis ideas literalmente a todo a todo el mundo.

Un par de años después ya preparándome para la Universidad otra cosa malísima le pasa a El Salvador, tenemos 2 terremotos súper fuertes y mueren miles de personas. Como yo participaba en estos grupos  de jóvenes, llegaron unas becas para viajar a los estados unidos, y la beca estaban prácticamente diseñadas para mí, y me la gané y por fin me fui del país.

Pero al irme y creer que había logrado lo que quería me encontré con una realidad súper triste, no sólo yo miraba mal mi país sino las personas de afuera tenían malísima percepción de El Salvador, lo que hacía que me discriminaran por mi look, por mi acento, por cosas que no comprendía, comida que no conocía, incluso con deportes “Muy gringos” que no entendíamos sufría discriminación. La beca la compartía con 2 amigas de Costa Rica y una de Guatemala, y la realidad de todas era muy similar.

Ese fue el momento en el que cambie por completo el chip y decidí  que regresaría a estudiar en El Salvador y a hacer una carrera profesional en mí país, que si se podía, que requería probablemente un mayor esfuerzo pero que muchas personas en la historia con menos recursos incluso lo habían logrado. 

Tenemos antecedentes muy grandes “La Rosa del principito” que todos ustedes conocen, es salvadoreña, nació en Armenia, departamento de Sonsonate aquí en “El pulgarcito de américa”

Ahora como crecer en un país pequeño:

1.       Quitando el estereotipo de pequeño, quien dijo que ser pequeño es ser malo, es más fácil movilizarte, es más fácil conocer a las personas, no son tantos grados de separación entre el presidente y nosotros como en un país más grande.
2.       Decidirse a crecer, la clave de todo éxito para mi es la determinación, si quieres lograr algo lo consigues.
3.       Derribar las barreras
4.       No darse por vencido
5.       Comprender que nunca dejas de aprender y por ende nunca dejas de crecer.

Y lo más importante es borrar las fronteras, somos ciudadanos de un mundo no de un país, y aunque el mundo comparado con la galaxia probablemente se quede pequeño creo que hay suficiente espacio como para crecer toda la vida.
 
Estoy convencida que tome la mejor decisión y que he crecido mucho en mi país y espero seguir creciendo para poder asegurar que se puede crecer en un país pequeño.




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