La epidemia del estrés, aprende a vivir con él e identifica y aprende a reforzar las actitudes positivas.

El cuerpo humano es una maquinaria sabia. En situaciones normales las células
del cuerpo humano utilizan alrededor de un 90% de energía en actividades
de renovación, reparación y creación de nuevos tejidos

El estrés es la epidemia silenciosa que más afecta a la humanidad. Estar ocupado y estresado es un signo de que una persona es importante. Además, las demandas del mundo moderno, los problemas económicos y de seguridad personal, afectan emocionalmente. Vivir en un estado de preocupación permanente puede desencadenar enfermedades como ansiedad, depresión, hasta diabetes e incluso cáncer.

Pero el estrés es una constante en la vida de las personas. Enfrentarse a los retos diarios de llevar con excelencia un trabajo, atender los requerimientos en el hogar, los problemas personales sumados a los de las parejas, los hijos y familiares, son situaciones inevitables en la vida de una persona. “Al estrés no hay que combatirlo, hay que aprender a aceptarlo y vivir con él. Lo más relevante en la vida de una persona, no es concentrarse en el estrés y en las cosas que se lo generan, sino reconfortarte diariamente haciendo consciente sus propias fortalezas” indicó Eugenia Lindo, Psicóloga.

El enfoque positivo y sano, para disfrutar de vidas más felices y significativas, es aprender a aceptar el estrés. Pero principalmente darnos cuenta que como personas tenemos grandes fortalezas y son éstas las que deben reforzarse para aprender a manejar situaciones que generan estrés.

Cómo identificamos algunas señales de estrés
Frente a un incidente cotidiano, una discusión en el hogar o en el trabajo, las personas sentimos que el corazón se acelera y late con más fuerza. La cara se calienta y enrojece y comenzamos a sudar. También cuando nos resulta difícil dormir, nos sentimos cansados y permanecemos de mal humor. Estos son los síntomas más fácilmente reconocibles. Pero el estrés es mucho más, ya que tiene una serie de efectos que no pueden verse hasta que ya están afectando el desarrollo normal de la vida de una persona.

El estrés es una reacción normal del organismo ante una situación de peligro. El cuerpo está preparado para responder, huyendo o enfrentando, situaciones que consideramos peligrosas. Para que el cuerpo humano responda antes estas situaciones debe concentrar toda la energía de que dispone para esa respuesta.

Siendo una reacción normal para la que el cuerpo está preparado no es perjudicial. Ya que ofrece energía para responder a las demandas diarias. El problema del estrés es cuando éste se vuelve una constante en la vida de una persona.

No es normal que una persona viva todo el tiempo bajo estrés. Después de un cierto período de tiempo viviendo estresado todo el tiempo, el cuerpo empieza a descomponerse. Y es así como surgen enfermedades que en el mundo moderno son las principales causantes de fallecimiento. Se ha comprobado científicamente que vivir estresado causa cáncer, enfermedades cardíacas, cirrosis del hígado, enfermedades pulmonares, accidentes y suicidio.

Cómo enfrentamos el estrés
Pero no todo es malas noticias. El cuerpo humano es una maquinaria sabia. En situaciones normales las células del cuerpo humano utilizan alrededor de un 90% de energía en actividades de renovación, reparación y creación de nuevos tejidos.


Sin embargo este proceso no es automático. La mente humana es poderosa y la forma en cómo una persona piensa trae como resultado el tipo de vida que va a vivir. El mundo moderno es demasiado exigente. La vida es más competitiva y exigente y las personas suelen ser demasiado duras y exigentes consigo mismas.

El mundo moderno disfruta hablando sólo de enfermedades y está enfocado en reforzar las cosas negativas. Las noticias de quiebres financieros, la situación económica no mejora, sólo empeora. La violencia familiar y la delincuencia están presentes todo el tiempo. Las conversaciones entre amigos y familiares son únicamente acerca de lo mal que está el mundo y lo mal que se espera que vayan las cosas.

En muy pocas ocasiones las personas se enfocan en reforzar cosas positivas o fortalezas que los seres humanos posemos. La capacidad de sonreír ante cosas de sencillas o de amar a nuestros familiares y amigos e incluso a una mascota, también hemos olvido como agradecer por la vida, por la naturaleza o por el sol que a diario recibimos. Nos hemos olvidado como renovarnos de formas más naturales o consideramos que ya no somos capaces de crear nuevas cosas o de disfrutar de un juego, del arte y la cultura. Estos son considerados temas superficiales y frívolos.

Lamentablemente lo negativo se ha instalado y los seres humanos no son capaces de mirar el lado positivo y soleado de la vida.

Las personas hemos olvidado cómo reforzar actitudes positivas. Cómo sonreír, disfrutar de una forma sencilla, porque todo es preocupación y negativismo. Los seres humanos hemos vivido en la historia reciente guerras, robos, problemas familiares, por lo que enfrentar esas situaciones negativas se volvió el foco de atención de toda nuestra energía.

Todo esto suena difícil y complicado de eliminar de nuestra vida y de nuestras mentes. Pero lo importante es saber que no tenemos que vivir así, que la solución no tenemos que buscarla afuera, la solución está en nosotros mismos. En cómo vemos nuestras aflicciones y necesidades.

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